martes, 10 de abril de 2012

PUNTA CARDÓN (Parte 3 - Entretenimiento)

Puedo asegurar que el tiempo que pasamos en Punta Cardón disfrutamos de lo lindo. Además del club Miramar donde se celebraban  fiestas a menudo,  habían canchas de tenis y una playa protegida por una malla de las incursiones de la fauna marina típica del Caribe (tiburón, picuda o barracuda, etc.etc.)

Playa protegida del club Miramar

También estaba el Club Náutico, con una playa muy maja  y otras  cercanas bastante agradables.

Vista del Club Náutico de Cardón

Me aficioné mucho a la pesca, gracias a las facilidades del puerto y a la abundancia de peces en la zona. Era lanzar el anzuelo y ya tenías un carite o un pargo enganchado. Cuando salíamos en una de las barcas del club a pescar, en un par de horas regresábamos a puerto con casi diez kilos de pescado. Era tal la abundancia que teníamos dificultad en "colocar" la pesca y teníamos que recorrer las casas de los amigos a ver qué señora  aceptaba el pescadito fresco . A pesar de que lo limpiábamos y desescamábamos en el puerto, rechazaban el regalo: "¡Tengo el congelador a tope de pescado! Gracias".
Había que volver al puerto y dárselo a Medina, un empleado canario del club que siempre lo aceptaba.

En noviembre de 1962 se realizó un sorteo en el Club Náutico para elegir entre los socios, a un equipo que representara al Club en el  Torneo Mundial de Pesca Deportiva que se iba a celebrar en el Club Tanaguarena, cerca de Caracas.  Tuve la suerte de salir premiado, junto a Victor Julio García y el capitán Mendoza, responsable del la autoridad portuaria.

El siguiente fin de semana se celebraba el Torneo, por lo que salimos el viernes por la mañana en la ranchera Ford de Victor Julio. Nos acompañaba, Medina,  que se había ofrecido a tutelarme en vista de mi exigua experiencia en la pesca deportiva seria. Mendoza prefirió viajar en un submarino de la armada venezolana que, por cierto, solo navegaba por la superficie por problemas a la hora de sumergirse, según nos dijo.




Tras recorrer el largo camino que nos separaba de Caracas, bajar por la autopista hasta La Guaira y continuar hasta Tanaguarena, llegamos a ese magnífico club a la hora del sorteo de las embarcaciones. En cada nave iba el propietario, responsable de dar de comer y beber a los invitados, más dos integrantes de diferentes equipos internacionales. Tuve la suerte de que me correspondiera una lancha "muy pescadora", según decían y que el patrón diera permiso a Medina para acompañarme. Nos embarcamos a las 6 de la mañana y volvimos a puerto a las 6 de la tarde. Íbamos en busca del pez de pico, es decir, pez espada y pez vela. Para consuelo de ecologistas, los ejemplares pescados no se sacaban del agua, bastaba acercarlos a dos metros de la nave para cortar el sedal y conseguir los puntos para el equipo.

Fue una experiencia muy emocionante, como para engancharse para siempre a ese deporte. Dejaré el relato de mi primera captura para otra ocasión, pues me temo que resultaría algo largo.

El viaje de regreso a Cardón, tras los tres días de pesca, hubo que realizarlo por la noche, después de la fiesta de clausura, a la que no acudí por haber pillado una insolación de cuidado. Como mis compañeros sí asistieron, preferí ponerme al volante, aún no sentiéndome bien  porque me pareció que se habían excedido en las copas. Llegó un momento en que empecé a tener alucinaciones: grandes peces espada saltando delante de las luces de los faros. Paré en un motel y descansamos un par de horas hasta retomar la carretera.
Pese a mi enorme afición por este deporte, resolví abandonarlo por recomendación de mi mujer, tras el susto del 1ª de diciembre que ya relaté en el Blog del Bwana en esta entrada.

También había un club de golf que, debido a la sequedad del clima, mantenía un verdor bastante chungo. Además resultaba algo peligroso buscar la bolita por aquellos andurriales,  por la posibilidad de pisar alguna de las culebras locales. Muchas veces era preferible olvidarse de la bola y repetir el tiro.

Club de Golf de Cardón

En el club Miramar había mucha animación tras la salida de la oficina. El juego favorito, entre los muchos disponibles, era el de los dardos. La afición a este juego, typical British, tiene su explicación: permite trasegar cerveza mientras se practica. 

También teníamos cine al aire libre, un buen restaurante, como ya he mencionado y, si nos parecía poco, acudíamos al cercano campo de la Creole (Esso), en Amuay, donde los americanos, siempre más prácticos que los ingleses, tenían un club con bolera y piscina olímpica. Las casas de los empleados, con menos elegancia y tamaño que las de Shell,  eran más prácticas, con sus techos bajos que permitían que el aire acondicionado funcionara efectivamente y estaban rodeadas de césped que importaban de Miami y que mantenían en todo su verdor.

Lo más entretenido eran las reuniones con los amigos que celebrábamos  los fines de semana. Cuando llegaba el carnaval, se disfrazaba todo el mundo para las fiestas en el club Miramar donde se  elegía a la mejor cumparsa. Nuestro grupo decidió presentarse al concurso y pasamos un par de meses estupendamente, preparando los disfraces, con la excepcional colaboración de un par de ingenieros que eran miembros de nuestro grupo. En las siguientes imágenes se aprecia el interés puesto en el empeño:
 
El proyecto "Brujas"

Consideraciones básicas del proyecto

Diseño técnico

El producto final, ganador del 1er. premio 1962

Hay un grupo, en el que me cuento, aficionado a la música y con los mejores equipos de reproducción de sonido de la época. Con nuestros reproductores de cinta "AKAI" (uno de éllos, holandés, incluso tenía un poderoso equipo AMPEX). intercambiamos toda clase de música, oportunidad que aprovechamos para un rato de esparcimiento con nuestras esposas. En una ocasión hasta grabamos una especie de radio comedia, escrita por nosotros. Tanto la grabación como su posterior escucha, sazonada con unas cervezas heladas, nos hacía partir de risa.

12 comentarios:

  1. Verdaderamente logrado su aquelarre... y veo que son los unicos fumadores brujos ¿brujeria mandingue??. Me esta dando yuyu y todo Bwana.

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    1. Las brujas tenían joroba y todo, con escoba incluída para volar.

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  2. Al parecer, estaban bien organizados para pasar las hora no laborables. Eso parece un Club de Vacaciones de los que ahora usan los españolitos que gustan de viajar al Caribe.

    Lo cierto es que en esa época en España la masa en general ignoraba este tipo de diversiones porque eran exclusivas de una élite aristocrática muy definida. Hasta el jugar al Tennis era algo propio de "señoritos" y que lo hizo más popular el campeón Santana. Al Golf jugaban Franquito, la de Alba y sus tres compas entre ellos el el Jaime de Mora y Aragón, hermano de la reina Fabiola de Bélgica.

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    1. No había más remedio que buscarse diversiones. De lo contrario era imposible vivir más de una semana en tal lugar.
      Ya nos dimos cuenta del atraso que había en España durante esa época. En compensación se comía muy bien, sobre todo con divisas extranjeras. Tiempo después se dió vuelta la tortilla, con un desarrollo espectacular en España y una decadencia tremenda en Venezuela.

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  3. Bienvenido de nuevo Bwana... ¿o era al revés?, recomencemos, Bwana, nuevo de bienvenido.

    Ya me contará Vd. cómo hacía para, además del trabajo, hacer todo ese tipo de actividades, yo he pasado varios días de vacaciones con mi hija, y salvo gastarme un pastizal en libros y jugar a la Wii poco más he hecho.

    Pesca, golf... veo que le gustan los deportes de riesgo, yo habría compaginado ambas aficiones y habría metido el anzuelo en el hoyo, a ver que pasaba, o habría pescado a palazos de golf.

    Un placer reencontrarle de nuevo y comprobar lo inteligente que es al apreciar y disfrutar un sonido exquisito, todavía recuerdo mis sesiones con mi equipo Kenwood y mis altavoces Infinity, literalmente volaba, y recuerdo alguna furtiva lágrima al escuchar un "bajo" como dios manda. Que maridaje más exquisito el techno de mediados de los 90 y un gran equipo de música como el mio.

    Seguiremos informando... joder como ando del tema de la cabeza (la rentrée es mu jodida después de 12 días), si resulta que éste es su blog, pues nada, seguiremos leyendo.

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    1. Bien hallado, se le echaba en falta.
      Durante la edad de oro (los 30), no la dorada (a partir de los 60), el tiempo parece que da más de si.
      Meter el anzuelo en el hoyo es cosa de esquimales, si me permite decirlo.Y los palos de golf valen mucha pasta para oxidarlos en aguas marinas.
      Vd. siga informando a menudo, que siempre interesa lo que dice.

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  4. Porque usted lo cuenta muy animado y seguro que lo pasaban fenomenal, pero hay que echarle valor para nadar con tiburones cerca, a pesar de las redes, y pasear por un campo plagado de bichas.
    Esperando nuevas entregas, buenas noches a todos.

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    1. Dª maharani:
      Las redes, como pude comprobar, tenían unos agujeros por donde podía pasar hasta Tiburón 1, pero nunca se supo de ningún desaparecido.
      Buenos días.

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  5. Bwana, cuantísimo glamour en Punta Cardón!
    La vida sin ordenadores ni smartphones era fascinante.
    Playas preciosas, pesca deportiva, vida social a tope, golf, musica de alta fidelidad... Que vidorra!
    Saludos afectuosos

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    1. Al no existir tanto artilugio moderno (ni siquiera móviles), había que hacer vida social y entenderse con los demás. Le aseguro que era más entretenido.
      Saludos

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  6. Bwana, observo que en esta etapa una vida placentera.

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    1. Muy placentera, pese a las condiciones adversas del entorno.

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