lunes, 9 de abril de 2012

PUNTA CARDON (Parte 2 - El curro)


Mi jefe es el Controller (director financiero) de la refinería y lo primero que hace es enviarme a visitar  las instalaciones en compañía de un ingeniero, también español, que me va explicando la función de esas inmensas torres y de los artilugios que las circundan. Demasiado complicado para exponerlo aquí. Sólo diré que el aroma del petróleo es algo especial y que termina enganchando.

Boer me dice que voy a ser su ayudante y que tiene un par de cosas que quiere que acometa enseguida. Según parece, hay un contratista, italiano, que tiene varias concesiones de servicios a la empresa, entre éllas, un hotel para visitantes importantes, el restaurante, la lavandería, un servicio de taxi para recoger en el aeropuerto de Punto Fijo a personajes que vienen, de vez en cuando, a visitar la refinería y otras minucias más que no recuerdo.

Sospecha Boer que ese fulano no está presentando sus cuentas de manera correcta. Que ya le ha avisado que voy a revisar su contabilidad y que me preste toda su colaboración.

El Sr. NN me ha citado en el restaurante del hotel para una entrevista preliminar. Es un tipo muy simpático y me explica que no  tiene los libros de contabilidad en la refinería, sino en su oficina de Punto Fijo, pero que puedo pasar por allí cuando quiera. De paso me invita a cenar una langosta a la termidor deliciosa, acompañada por un vino blanco de Alsacia que quita el sentido. Me da en la naríz que está tratando de ablandarme.


Al día siguiente voy a Punto Fijo y le pego una buena auditoría a la contabilidad del italiano, encontrando algunas cosas anormales. De momento, el gachó se embolsa cien mil bolívares mensuales de la Shell por servicios prestados y sólo justifica gastos  de 60.000. Un bonito negocio que le permitirá volver a Italia hecho un capitoste, si es que regresa.

Mi jefe revisa el informe conmigo y me dice que ya suponía lo que está pasando, pero que desde que el tipo tiene lo concesión de servicios, no han tenido ninguna queja de los jerifaltes que visitan la refinería, por lo que será difícil sustituirlo. "Con el servicio de taxi al aeropuerto, que siempre envía dos coches, por si falla uno, ha conseguido un enorme prestigio ante la  Dirección", dice.
-"We know he´s  a son of a b., but is our  son of a b."

A los pocos meses de estar desempeñando varios trabajos para Mr. Boer, me comunica que voy a sustituir al jefe del departamento de Contabilidad, Victor Julio García, que va a ser transferido al campo petrolero de Bachaquero como jefe de operaciones contables al Este del Lago.

El amigo Victor Julio es un producto local y un hombre extraordinario. De estatura mediana y complexión fuerte, tiene toda la apariencia de esos clásicos caciques indios de las películas del oeste. Tiene 12 hijos y los empleados lo consideran un amigo, más que un jefe. Me recomienda que trate al personal del departamento, 50 personas, con autoridad, dentro de la oficina, pero que sea amigo y compañero fuera del trabajo.
Posteriormente, me contaron los empleados de contabilidad que trasegaba whisky a base de bien; podía estar de pachanga hasta las 3 de la madrugada y presentarse a las 7 en la oficina, tan campante.
Me temo que no voy a poder igualar los méritos del amigo Victor Julio ante sus antiguos empleados.

Pocos días después de tomar el mando del departamento, ya me invitan a la celebración del cumpleaños de una empleada de la sección de informática (o IBM, como se llamaba entonces).

Las chicas de la sección de IBM

Tengo tres ayudantes que dirigen las secciones de Caja, Nóminas y Contabilidad General : Antonio Toledo, Francsco Irausquín y Pablo Betancourt. Toledo tiene una Hillman de la empresa que, según las ordenanzas, tiene que entregármela todos los días a las 4 de la tarde (hora de salida).


En julio de 1962 soy nombrado profesor asociado de la Universidad del Zulia en la escuela anexa de Contaduría que acaba de inaugurarse en Punto Fijo. Me asignan la cátedra de Análisis de Estados Financieros que impartíré a un grupo de veinte estudiantes, entre los que se hallan tres empleados de la Refinería. Poco tiempo después, el Colegio de Contadores Públicos me nombró su representante en el Estado Falcón.

El horario de trabajo en la Shell es de 7 a 12 de la mañana y de 1 a 4 de la tarde. Como las clases son de 6 a 7 y media, tres veces a la semana, no hay ningún conflicto con la empresa. Al contrario, Jan Boer me dice que es estupendo tener a un empleado Shell en la Universidad.

Las cosas no podían ir mejor tanto en el trabajo como en la diversión.  Mi nombramiento como jefe del departamento de Contabilidad trajo aparejado un aumento de categoría y su correspondiente incremento salarial. Cuando salíamos de la oficina, con el cuerpo refrescado con el aire acondicionado, pasar al aire libre era como meterse en uno de los hornos de la refinería. Era imperativo pasar por un chiringuito que servía unas cervezas Zulia y Polar heladas, las botellas cubiertas de hielo, que sabían a nectar de  dioses.

No faltaban las visitas de personajes de la empresa, a quienes se agasajaba convenientemente con el mejor whisky escocés disponible. Una de esas visitas fue, nada menos, que la del Presidente de Shell Venezuela, el Sr. Wagner:

Mr. Wagner es el más alto de los 4 (of course)

El trabajo en el departamento de contabilidad no presenta ningúna dificultad y se desarrolla sin el menor estrés. Las clases de Análisis Financiero me resultan satisfactorias y me gusta el asunto de la enseñanza. Puedo dedicarle un buen tiempo al entretenimiento, como contaré mañana.

7 comentarios:

  1. Anda, si resulta que el Gran Bwana es hasta catedrático de Universidad. ¿No ocultará también, por humildad, algún premio Nobel de Economía en sus cajones?

    Hay un par de cosas que me ha recordado a tiempos pasados : la langosta a la Thermidor ya no saben servirla en ninguna parte salvo en Usa. Y la otra que el vino blanco de Alsacia es una delicia. Yo que soy abstemio acostumbro a comprarlo en Francia cuando quiero hacer un regalo y quedar bien.

    Está Usted en la cuasi cumbre profesional. Le falta unicamente sustituir a Mr. Wagner, y creo que sucederá pasados unos días de estas Memorias.

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    1. Un momento, tanto como catedrático no, un simple profesor asociado querido amigo. Y de premios Nobel nada de nada. Solo si existiera uno para "Avamces en el desarrollo de mudanzas", tendría alguna espectativa, pero me temo que ha lugar.
      Me sobrevalora Vd., don Javier; el puesto de Mr. Wagner está muy lejos de mis modestas aspiraciones en la vida. Me conformaré con dirigir, si puedo, una empresa algo más pequeña que la Shell.

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  2. Demasiada tranquilidad a pesar de sus múltiples ocupaciones. Me temo que de un momento a otro cae la Gran Mudanza.
    Vaya horas de comentar. Por poco me pierdo a las de IBM (dos de ellas parece que llevan el ordenador a bordo, en el moño)

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  3. Tiene razón, la Gran Mudanza está al caer.
    Las chicas de IBM, perforistas de tarjetas en su mayoría, no eran muy agraciadas, no .

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  4. Bwana, otra causa de su esfuerzo.

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  5. Conocería al Sr. Domingo Jeremias García Delgado. Creo trabajó en organización, métodos y control. en la Shell. Años 1960

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