miércoles, 4 de abril de 2012

PUNTA CARDON. - (Parte 1 - Asentamiento )

Si la década de 1950 resultó prodigiosa (matrimonio, nacimiento de hijas,  etc.), la de los años 60 no se va a quedar atrás. Empezamos 1962 viajando a Paraguaná, mi nuevo destino.


Con un poco de imaginación puede asimilarse el mapa de Venezuela a la cabeza de un mamífero vista de perfil.  En la parte occidental, el lago de Maracaibo parece la boca y, un poco más a la derecha, se puede ver la nariz.

Precisamente hacia esa nariz, la Península de Paraguaná en el Estado  Falcón, nos dirigimos: Las malas lenguas nos han advertido que toda la península es prácticamente un desierto. Voces amigas, por el contrario, dicen que las petroleras han convertido aquéllo en un paraíso.


Tendremos que atravesar un istmo para llegar a Punta Cardón, donde está la refinería Shell:


Desde Caracas son 550 km que nos disponemos a cruzar con el entusiasmo que nos caracteriza. Al efecto, he cambiado mi viejo Humber por otro más moderno y con trasmisión automática.

Nos ha llevado ocho horas hacer el camino y he notado un ruido sospechoso al pasar por una carretera muy mala. Parece que una piedra ha golpeado alguna parte de la trasmisión y me he quedado sin marcha atrás.

Llegamos a la entrada de la zona de viviendas y presento mis credenciales. Al poco rato  aparece el Sr. Lotito, jefe de servicios a la comunidad y nos acompaña a la casa que nos han asignado. Es un chalet grande, de una planta, con tres dormitorios y un terreno como de 300 metros alrededor. Las únicas plantas que se ven son unos "cujís" y algunos cactus variados.

El cují es una acacia que resiste los climas áridos

-"Los vientos alísios mantienen toda la península completamente seca. La compañía ha tenido que traer agua por medio de un acueducto desde la sierra de Coro", me dice Lotito.

La casa está lista para meterse a vivir en ella, con las camas hechas, toallas, etc. Hasta hay alimentos en la nevera.
                                             
Las niñas, el Humber y las matas de cují.

Lotito dice que el Campamento  es un mundo dentro del mundo. Todas las necesidades y problemas cotidianos pueden ser atendidos y resueltos en sus centros hospitalarios, supermercados, tiendas, escuelas , auditórium, clubs sociales, cines al aire libre, cafeterías, campos de deporte, etc. Agrega que estamos en el llamado "campo senior", donde habitan casi todos los extranjeros y altos cargos venezolanos. Hay otro campo, el "junior", con casas más modestas, para el personal obrero.

Pasamos nuestra primera noche en Cardón sin ningún problema, gracias al aire acondicionado que tienen las habitaciones. A la mañana siguiente, sábado, me dirijo a un taller mecánico que me ha recomendado Lotito y que está al lado de la entrada del campo. El mecánico no me inspira ninguna confianza cuando me dice que "...es una avería gorda " y que tengo que dejarle el carro. Me presta un Ford hasta el martes en que cree tendrá solucionado el asunto.

Nos han visitado un par de vecinas, españolas por cierto, para invitar a las niñas a un cumpleaños el domingo.

Recien llegadas y ya de fiesta

Una de las vecinas es Miren Maldonado, paisana de Maite y la otra, Mary Marintany, madrileña. Serán grandes amigas en este apartado lugar del orbe.

Hemos inscrito a las dos mayores en la escuela, que tiene muy buena pinta.

Maite, la mayor, delante de la maestra

Elvira es la primera por la izquierda

He pasado, por cuarta vez, por el taller mecánico y el tipejo aún no tiene arreglado el problema del cambio de marchas.
Después de  armarle el merecido rapapolvos, el mecánico consiguió solucionar el asunto, quitándole la caja de cambios a otro Humber que estaba para chapa y pintura y cambiándola por la mía. Lo siento por el otro propietario.

La familia se va adaptando bien a este desolado paraje

Las tres princesas en el "jardín" del chalet

Ya hemos disfrutado de la playa del club Náutico y sacado unas cuantas almejas de la arena:


Las almejas, al saco

Finalizado el asentamiento preliminar de la familia, gracias al generoso permiso de la empresa, debo presentarme el jueves a las 9 de la mañana en el despacho de Mr. Jan Boer, mi próximo jefe. Holandés, dicho sea de paso.

12 comentarios:

  1. En buena parte del Mundo ha caído esta vez. Pero, como siempre, con muchas comodidades y lujos. Ese tipo de urbanizaciones cerradas ahora se estilan para vacaciones pagadas con todo incluído.

    Observo que la princesa preferida por mí sigue destacando por su frescura y cara de avispada.

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    1. En esos sitios, tan apartados de la civilización, la necesidad de relacionarse con semejantes se convierte en algo imrescindible. Por ende, se hacen muy buenos amigos, con los que se pasan muy buenos ratos y termina uno por abstraerse de la aridez del lugar.
      Si, encima, hay una serie de facilidades para pasar el rato, como en el caso de Cardón, al final termina uno por apreciar el lugar y olvidar el calor y el viento. Ni notar, vamos.

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  2. Retomo su libro de aventuras y veo que el cambio de escenario es una constante y que han ido a parar a un sitio que probablemente menda jamás pisaría, y es que el calor es, después de los sociatas, lo peor que han podido inventar.

    Estupendas fotografías y luce Vd. muy bien en el medio acuático, mismamente un sireno.

    3 preciosas princesitas sentencio.

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    1. Como le digo a don Javier, el sitio no resultaba tan malo, después de todo. Además el constante viento auyentaba moscas y mosquitos.
      Veo que ha observado, acertadamente, las notables virtudes físicas que me adornaban. Gracias.
      Y muy agradecido por su sentencia final.

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  3. Bwana

    No queda claro en su relato como hizo para convencer a su media naranja de las ventajas de dejar el vergel de Las Mercedes para ir a Punta Cardon. Me da muchisima curiosidad ....

    Yo he visitado la zona en muchas oportunidades ... si bien el paraje es desertico, recuerdo la gastronomia marina como muy interesante ...

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  4. Veo muy interesante su buceo en su particular Baul de los Recuerdos,querido Bwana, hay existencias que dan para mucho, un abrazo

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    1. Es cuestión del transcurrir de los años. Estoy seguro que Isabel II de Inglaterra, que es de mi quinta, tendrá cosas más interesantes que contar que este modesto mortal.
      Un abrazo

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  5. No, no creo que la reina Isabel tenga tantas peripecias para contar. Además a mudanzas seguro que no le gana.

    Aparecen en este post dos circunstancias nuevas hasta ahora y que sospecho que después han sido recurrentes: el Bwana colono y el coche que se estropea en mitad de un viaje.

    Muchas gracias nuevamente, Tella, por lo que me corresponde. La foto rellenando la saca de almejas es genial, pero la de las tres con los vestiditos se podía haber perdido en una de las múltiples mudanzas...

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    1. Probablemente lleve razón; debo tener el record Guinness en ese renglón.
      Respecto a los vestiditos, quise hacer un homenaje a mi madre politica, diseñadora de los mismos.

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  6. Tengo interés en ver cuanto tiempo estará en esta nueva morada,sin cambios.

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