jueves, 19 de abril de 2012

¡AL RICO EMPLEO!

A medida que iba ambientandome en Madrid, localicé a varios colegas que, llegados de América, habían logrado colocarse en las multinacionales que iban instalándose en España, como había hecho yo. Nos reuníamos de vez en cuando y discutíamos sobre el estado de la profesión y de las oportunidades que se presentaban. Algo inquieto por mi situación profesional, hablé con John Wolfe sobre mi futuro en la empresa. A pesar de haber recibido ya un 40% de aumento salarial, todavía no cubría los gastos de casa y tenía que acudir a menudo a mis ahorros venezolanos.

Wolfe me dijo  que pensaban establecerse en otros puntos de España, donde, como jefe de los servicios contables,  iba a realizar un trabajo similar al de Els Monjos y Torrejón. No me pareció un futuro muy atractivo el que me prsentaba y empecé a fijarme seriamente en los numerosos anuncios que aparecían en la prensa.



También hice unas visitas a las oficinas de Shell España, BP y otras empresas petroleras, sin resultado, por falta de vacantes o, en ocasiones, porque mis aspiraciones salariales se salían de su presupuesto. Interiormente añoraba el "aroma del petróleo", como sucede a todos los que han trabajado en esa industria.

Fruto de mis contestaciones a varios de esos anuncios, recibí una oferta de Bristol Ibérica, una afiliada a los Laboratorios Bristol Myers, de Missouri. En junio de 1966 empecé a trabajar como director administrativo de la compañía, cuyas oficinas estaban en la calle Orense.

La renuncia a mi anterior empleo no fue sencilla debido a los intentos de GB-Purina de que cambiara de idea. Pero como nunca he sido partidario del regateo, una vez tomada la decisión, jamás he vuelto atrás.

Ni este regalo hizo cambiar mi opinión

Aquí empieza mi recorrido por varias empresas multinacionales, aprovechando una época de grandes oportunidades para la profesión. Haré un resumen para no marear a los lectores.

Entre los amigos y conocidos que encontré en Madrid, estaba Gordon Hatherley, que había sido mi jefe en la Cía. Shell de Venezuela. Después de su marcha a Hong Kong, había aceptado un cargo con una empresa filipina y ahora se encontraba en Madrid, dirigiendo el complejo Soto Grande del Guadiaro, al lado de Gibraltar.  Me ofreció el cargo de jefe administrativo y me propuso que hiciera una visita al lugar, antes de aceptarlo.

Salimos toda la familia en el Opel  y nos dimos un garbeo por Andalucía. Nos detuvimos  en Granada para admirar la Alhambra y aspirar el grato aroma de sus jardines. Al pasar por Málaga paramos en la Carihuela para comer en Casa José, donde disfrutamos a tope del rico pescaíto frito:



Aunque la urbanización Soto Grande y la casa que me ofrecían, por cuenta de la compañía, eran estupendas, la falta de colegio para las niñas nos hizo declinar la oferta. Regresamos a Madrid por Sevilla, donde dormimos en un típico hotel de la ciudad, cuyo nombre no puedo recordar.

A casa seguían llegando ofertas de trabajo, a pesar de mis 40 primaveras cumplidas y resolví aceptar la de  Ingersoll Rand, en la que estuve un mes. La siguiente era Profident-Bristol, con fábrica en Fuencarral. Allí estuve tres meses, con la dentadura bien aseada,  hasta que, finalmente, recibí la oferta que tanto esperaba, la que no podía rechazar: 

Esso Iberia me ofrecía un puesto en su filial Amoniaco Español en Málaga. Mr. Murphy, controller de Esso, me dijo que iba a ser un trabajo provisional, lo que tardara en solucionar algunos problemas que tenían allí, pero que luego volvería a Madrid. Me pagarían un viaje a Málaga, a Maite y a mi, para que conociéramos el lugar previamente. 

El recibimiento que nos hicieron en Málaga fue como para convencer al más reacio. La propia señora Harney, esposa del director, nos recibió en el aeropuerto, nos llevó al Hotel Málaga Palacio y nos invitó a una cena a la que asistirían todos los ejecutivos de Amoniaco Español y sus esposas.

Hotel Málaga Palacio

Tras esa agradable velada, convencidos de lo estupendo que era vivir, según contaban, en Málaga, al lado de la playa y disfrutar de la deliciosa comida del lugar, decidimos que otro cambio más no nos vendría mal.

Así se lo comuniqué al director, William Capehart Harney (Cape, para los amigos)

Amoniaco Español se dedicaba a la fabricación de abonos nitrogenados a partir del gas que llegaba por una tubería desde el puerto de Málaga. La fabricación de amoniaco, urea y ácido nítrico, para obtener nitrato amónico, ocasionaba emisiones de un humo amarillento que la empresa tenía controlado mediante filtros para tranquilizar a las autoridades locales. No obstante, el olor a amoniaco se percibía con intensidad al llegar a la oficina por las mañanas. Era un aroma que despejaba la cabeza si uno se había pasado de copas la noche anterior.

Las instalaciones parecían una Refinería de Cardón en miniatura.

16 comentarios:

  1. Creo que aquella epoca los mosquitos en la zona de Sotogrande eran como Airbuses.
    Estoy deseando leer la experiencia Malageña.
    Buen finde Bwana

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    1. Acostumbrado a los zancudos de Venezuela, los de Soto Grande, ni notar.
      Pronto tendrá satisfecha su curiosidad, prometido.
      Buen fin de semana.

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  2. Si alguien es candidato al calificativo de CULO INQUIETO sin duda Ud. se lleva todos los puntos.

    Vaya curriculum.

    O sea que ahora estamos en Málaga fabricando productos amoniacos. Me estoy previendo que terminará en la Seat de Barcelona lanzando coches a razón de uno por hora.

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    1. Mi estimado amigo: estábamos en la edad dorada de los puestos de trabajo. Cuando alguno de mis posibles empleadores se alarmaba de mi poca fidelidad a la empresa, le recordaba mis 22 años de servicio en la Shell.
      Entre mis "clientes" nunca tuve a una empresa automovilística, aunque me hablaron muy bien de la General Motors en Zaragoza y estuve a punto de probarla.

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  3. Para mi la sexta mudanza(Caracas-Cardon-Barcelona-Madrid c/ Bonn-Madrid C/Bolonia-Malaga en Pedregalejo) con siete añitos. Verdaderamente, nos nace viajar. De un perfeccionismo total, sin incomodidades,y el primer dia ya dormiamos con la cama hecha, los zapatos brillando, el uniforme del colegio preparado, y el zumo de naranja todas las mañanas con el sandwiche mixto tostado en "albal". En seguida nos adaptabamos. Malaga de mi niñez fue deliciosa.Para usted D.Bwana: http://youtu.be/_4cuVKAkbSc

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    1. Estoy satisfechísimo de haber iniciado este relato. Ya empiezan a surgir, como por encanto, los familiares a quienes pretendía dedicarlo.
      El perfeccionismo era obra de una mujer incomparable. Yo me iba a la oficina.
      Un beso

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  4. Coño Bwana, ¿ya han pasado los 5 años en el Parque de las Avenidas?... yo antes cambiaba de trabajo más de que de gayumbos, pero estaba soltero, ahora no me planteo ni moverme para ir a por el pan, qué güebos tiene, y sus santas lejos de parecerles un problema parece que les iba la marcha.

    Sigo maravillándome con su memoria, esta mañana sé que he desayunado porque me levanto con hambre, pero no sé qué, y Vd. da detalles a cascoporro.

    No entiendo cómo pudo marcharse de Purina y rechazar ese regalo... ay esos cuadros, y esas camisas, por cierto, no pienso decirle nada de aquellas camisas.

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    1. No, ni mucho menos. Tengo que volver al Parque de las Avenidas a cumplir el quinquenio.
      La memoria, en personas de edad avanzada (note la delicadeza), es inversamente proporcional al tiempo transcurrido. A medida que me acerco al presente, me cuesta más recordar las cosas.
      Le juro que si conservara alguna de esas camisas, se la regalaba con mucho gusto.

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  5. Hala, ya tenemos otra mudanza. No me extraña que no le llegara el sueldo con las tres criaturas en un colegio privado, y -por lo que se aprecia en la foto- de buen comer (virgensanta, Bwana, sugiero un filtro previo por parte de las damnificadas... qué mofletes...)
    Mejor que no recuerde el nombre del hotel sevillano para no hacerle propaganda; yo sí creo recordar que tenía inquilinos en los colchones.

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    1. Hicimos alguna visita a colegios públicos, pero no nos gustó lo que vimos.
      Mis criaturas, excepto la pequeña, eran de buen comer y gracias a eso, crecieron fuertes y sanas. De censura previa no me hable, por favor.
      De inquilinos en los colchones, no recuerdo nada de nada. Seguramente fue algún mosquito sevillano.

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  6. Interesantes anuncios ... al cambio de la epoca, 1.200.000 ptas. eran unos 20.000 US$ del 1964, que si los pasamos por correccion de inflacion nos dan unos 146.000 US$ anuales (US$ del 2012) o unos 111.000 euros despues de impuestos ... la verdad no esta mal

    Lo unico que lamento de sus multiples cambios, es el haber perdido la oportunidad de seguir usando las camisitas de cuadros rojos, una verdadera lastima

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    1. No pagaban mal algunas empresas de la época, pero el empleado tiende a gastar todo lo que gana, lo que imposibilita el ahorro, tan necesario para una vejez tranquila.
      No se preocupe Vd. por la falta de tan elegantes camisas, desde entonces he odiado los cuadros, aunque sean menos vistosos.

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  7. Le querían a usted en Málaga eso es seguro por el despliegue para seducirles que hicieron. ¿Conserva la navajita?. Málaga no esta mal, pero es mejor no perderse en según que barrios.
    Saluditos.

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    1. Algunas multinacionales americanas se distinguen por su especial cuidado a las relaciones humanas y ESSO era una de éllas. Según se comentaba, sólo la superaba la General Motors en el tratamiento al personal.
      La navaja la perdí en alguna de las mudanzas.
      Saludos

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  8. Bwana, estoy de acuerdo en que después de tpmar la decisión de dejar una empresa, no hay lugar al chalaneo.

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    1. Tampoco utilicé el "chantaje" para obtener mejoras ("La empresa X me está ofreciendo XX sueldo, ¿podéis mejorarlo?"). Me parecía más honesto preguntar a mi superior: "¿Qué planes tienen conmigo?". Las empresas serias en que trabajé no era necesario nada de éso, pues tenían un sistema de evaluación de personal que premiaba los méritos, además de mantenerse al día con los sueldos del mercado.

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