PEQUEÑECES

Maite y yo hemos decidido que hay que mudarse a una zona donde se disponga de  colegios y, a ser posible, hospitales y que, además, sea más fácil encontrar alguien que la ayude en casa. Nos han recomendado una urbanización en San Bernardino (donde estaba el edificio Shell anterior) y a un paso del Centro Médico de Caracas donde, casualmente, asisten al personal Shell.

Parque Residencial San Bernardino, donde nos mudamos

Centro Médico de Caracas, también en San Bernardino

El Parque Residencial consiste es un complejo vallado, con 5  bloques de edificios, piscinas y un frondoso jardín, parque infantil, garaje subterráneo, etc. Un lugar estupendo para vivir. Muy pronto Maite entablará nuevas amistades con los vecinos del lugar, españoles, chilenos, hebreos y criollos, gente de clase media que también disfrutan del estupendo sitio. Sobre todo nos haremos muy amigos del matrimonio Hurtado, unos paisanos que tienen dos chavales de la misma edad que nuestras hijas y  que serán padrinos de mi tercera hija.  Maite siempre tuvo una habilidad, de la que yo carezco, para hacer amigos.  

Ha sido fácil alquilar  enseguida  la quinta a un español, catalán, dueño de una importante empresa de refrigeración  y perfecto inquilino, de los que tienen la buena costumbre de pagar  puntualmente las mensualidades, como acostumbran las personas decentes.Nuestra hija mayor ya va a un colegio cercano. Aquí la vemos al lado de mi nuevo automóvil:

El coche es un poderoso Buick Special que me ha vendido el compañero Valbuena. Me enteré de que lo transferían a Indonesia y que iba a  vender su maravilloso vehículo.Ya tenía ganas de una de estas joyas de la General Motors, desde mi viaje a Cuba y he aprovechado la oportunidad. A Valbuena lo envían, junto a otros venezolanos, a sustituir a holandeses que vivían en Indonesia, pero que no son muy bien vistos en la actualidad por los nativos.

Mi antiguo Ford lo he vendido, también a un compañero de trabajo. En aquellos tiempos funcionaban mucho este tipo de operaciones; al menos se conocía bastante bien el curriculum de lo que se compraba.

Ahora que nos hemos mudado a la "civilización", como dice la familia, nos reunimos a menudo pues siempre hay algún infante de fiesta. En los tres meses del año en que no hay cumpleaños, siempre hay algún otro motivo para la celebración. Veamos una muestra:

De izquierda a derecha, las primas Amparo y Lolita, mi hermana MªLuisa, Maite, la prima Ana María y mi hermana Elvira.

7 de los 9 primos