lunes, 26 de marzo de 2012

LONDON - Los Young

Ha llegado mayo de 1961 y ya hemos puesto en marcha nuestro Master Plan. Maite y las niñas se han mudado a casa de sus padres con toda la parafernalia incluída (cuna de la pequeña, maletas con ropas, libros, etc.etc.). Un vecino, chileno, nos ha comprado los electrodomésticos y el Buick, no sin cierto pesar por deshacernos de tan estupendo coche. Tan estupendo que, según nos enteramos más tarde, el chileno sufrió un accidente gravísimo al despeñarse por la carretera de los Andes y salvó la vida gracias a la fortaleza del coche.

Saldré en una semana con destino a Nueva York por indicación de la empresa que quiere pase unos días en sus oficinas de la Gran Manzana. De allí tomaré el vuelo de Pan American a Londres.


Dos semanas después saldrá Maite con las niñas de Caracas a Madrid y estará unos días con mi hermana mayor, que se encuentra en España, antes de viajar a Bilbao a casa de su familia. Cuando termine mi curso, volaré a Bilbao, las recogeré y pasaremos una semana en Madrid, antes de regresar a Venezuela. Este es nuestro sensacional plan, tan largamente madurado. Con el paso de los años me parece una locura.

De momento me encuentro en Nueva York, asombrado ante esos espectaculares edificios y sus fantásticas tiendas. Los compañeros de Shell me han llevado al Radio City Music Hall y me he quedado con la boca abierta al ver esas bailarinas y sus 40 pares de piernas al aire. También he subido al Empire State building, dado una vuelta a la isla a bordo de un ferry y comprado unos zapatos  Florsheim sensacionales, de piel de puma, según me dijeron. Lo más cómodo que he llevado en la vida.


Lo que no ha ido tan bien ha sido mi desenvolvimiento en el idioma. No sé si porque estoy acostumbrado al british y el inglés-americano es diferente o porque estoy muy crudo para entenderme con esta gente. He tenido que comer en un restaurant automático porque no me aclaro con los camareros.

La empresa ha sido generosa y me ha dado un billete de 1ª clase para el vuelo Nº 1 New York//London de Pan American.


La comida y la bebida en el avión han sido estupendas, incluyendo una tanda de caviar con vodka (pese a que estamos en plena  "guerra fría") y me he sentido millonario durante unas horas rodeado  de unos tíos con pinta de jeques y altos ejecutivos, uno de los cuales, vecino de asiento, me habla de cotizaciones en Bolsa como si yo fuera de la panda.

Londres, desde el aire, me ha parecido inmensa, aunque con edificios enanos al lado de los que acabo de ver en NuevaYork. Paso mi primera noche británica en el hotel Cumberland y saldré a la mañana siguiente en tren hacia Andover. Por cierto, me ha gustado la costumbre de dejar los zapatos a la puerta de la habitación y encontrarlos pulidos a la mañana siguiente.

Me dirijo a la Waterloo Station donde, según creo, sale el tren hacia Andover. No he visto un tren desde que salí de España pues en Venezuela sólo existía algo parecido que iba de Caracas a Los Teques, más tranvía que tren. Con bastantes apuros logro meterme en el vagón correcto y consigo bajar en la estación de Andover. Allí me espera Mr. Young con su Morris y me lleva al su casa en Gable Cottage.



La señora Young es simpatiquísima y me conduce a mi habitación, en la segunda planta. El marido trabaja en el Banco de Inglaterra y sale todas las mañanas con su coche hasta la estación, lo deja allí y toma el tren a Londres.

No logro entender ni el 25% de lo que me hablan, pero me dicen que no me preocupe porque en esa parte de Inglaterra, Hampshire, tienen un acento complicado y que, en un par de días, llegará su hijo Robin que estudia filología en Oxford y habla un perfecto inglés.

La ducha tiene ciertas complicaciones ya que tengo que avisarle a la señora para que ponga el agua caliente a funcionar. Como estoy acostumbrado a la ducha diaria y no parece que sea ésa la costumbre de la casa, le he dicho que me cargue un extra en la cuenta, pero se ha negado. En compensación le he pedido que me encargue alguna tarea en el jardín y me ha mandado a recoger fresas.

Ha llegado Robin junto con otro estudiante, al que llamaremos Roger, que también ha alquilado una habitación. No recuerdo su nombre pero sí lo fuerte que le rugían los alerones; nunca dió problemas con la ducha.

Robin Young nos ha llevado todos los días en el Morris a conocer la preciosa campiña inglesa (¡qué diferencia con el campo venezolano!, aquí se puede uno tumbar en la hierba y no te pica la macagua). También me han llamado la atención las magníficas carreteras que recorren todo el campo. Son estrechas, pero adecuadas para la circulación de estos mini coches.


Nos ha llevado a ver    las ruinas de Stonehenge , la catedral de   Winchester, el famoso Wite horse, cerca de Woolstone, una curiosa figura enorme, pintada a cal en la ladera de la única montaña visible en kilómetros.


Los vecinos renuevan la pintura durante la fiesta anual desde hace siglos.  

Al quinto día de excursión,  Robin pregunta si queremos seguir viendo  piedras, le digo que no y nos lleva a la playa de  Bournemouth.


Es muy típica la elegancia de estas gentes  al hacer alguna pregunta. Si uno tuerce el gesto o arruga la cara cuando ofrecen su clásico TE, preguntan:"Would you prefer something stronger?" (¿preferiría algo más fuerte?).  Es su manera de ofrecer una copa de licor.
Al menos en la playa  pudimos disfrutar de algunas vistas más modernas y vivientes. Como le había dicho a Robin que me gustaban los mariscos, me llevó a un chiringuito para que probara las renombradas ostras del lugar. Al ver el descomunal tamaño que tenían, lo menos pesaba medio kilo cada una, me dió cierto "repelús" y opté por unos langostinos de similar envergadura, pero menos inquietantes.

La Sra. Young nos preparaba unas viandas para las excursiones, que incluían huevos duros, jamón (delicioso) y los famosos pasteles de cerdo británico que no están mal con su cobertura de hojaldre:


Antes de regresar a casa, Robin estacionaba en alguno de los abundantes "PUB" de las carreteras y echábamos unas partiditas de dardos mientras bebíamos unas cervezas. Tanto Robin como Roger trasegaban las clásicas pintas de cerveza a temperatura ambiente pero yo prefería una Lager fría. Tomarse una cerveza fría en Inglaterra resultaba bastante complicado: en muchos casos había que pedir hielo para echar unos cubitos en el vaso y solían ser rácanos para aflojar más de dos o tres piezas. ¡Qué diferencia con los yanquis, que ponen hielo a batiburrillo por todas partes!

Terminó mi semana de inmersión en inglés fetén y me despido de esa familia tan agradable. En Londres vuelvo a hospedarme en el  hotel Cumberland, impresionado por la limpieza de zapatos.

PS:
Aviso a familiares, principalmente nietos y nietas: en su momento realizaré un test para verificar que habéis leído detenidamente estos episodios.

10 comentarios:

  1. Me resulta bastante familiar cuanto relata. New York es un placer para la ropa y zapatos de sus inmensos comercios entre las calles 30 y 80 de las Avenues.
    Los british son unos guarros desde que llegaron de Normandia a invadir Inglaterra y en vez de ducha siguen usando unos pañitos de colores que se pasan por cada zona del cuerpo. Y racanean en lo de calentar el agua o llenar el frigo

    Lo que no entiendo es con qué objeto pintaban cada año en blanco ese dibujo de la ladera del monte. Y toda su riqueza o conocimientos gastronómicos se reducen a esos pasteles rellenos y a las variadas clases de pastas para el té.

    El Mini aquel era muy bonito y práctico y sus Rover eran como más bonitos que los Seat 1200 de aquí. Todo aquello se les fue al carajo y ahora usan coches franceses y alemanes.

    El inglés rico es un señor imitado por todos los del Mundo, pero el inglés medio es el tipo más cutre que hay en Europa.

    Excelente relato, Don Bwana.

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    1. Lo de pintar esa figura de caballo supongo lo harán para entretenerse un rato. No creo que sea financiado por esa marca de whisky.
      Aparte de un local regentado por hebreos que había frente al Windmill, en Londres y donde servían unos sandwiches de buey, deliciosos, no tengo grandes recuerdos de la cocina inglesa. Me pasa lo que a Julio Camba, me parece puramente infantil.
      Y gracias por su opinión.

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  2. He disfrutado todo el relato de hoy, muy gráfico Bwana, y lo que más envidio es el viaje en Pan Am en 1961... y es que tengo recientísima en la retina la serie que sobre esa compañía, y sus azafatas, he visto.

    Pero seamos sinceros, el que los ingleses sean gorrinillos, sobre todo ellas, ha salvado a muchos adolescentes apañoles en la playa del exceso de acné.

    Salvo eso, pérfida, pérfida, por los siglos de los siglos, Albion.

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    1. Me parece que esa serie exageraba un poco. No recuerdo nada extraordinario en la presencia de las azafatas de Pa Am.
      Aparte de mis viajes en metro, donde podía disfrutarse de una buena visión con sus piernas enfundadas en medias negras, nunca estuve tan cerca de una inglesa como para apreciar esos aromas a que se refiere. Miento, a bordo de un ferry tuve a una preciosa criatura muy cerca, pero estábamos en la cubierta superior y supongo que el vendaval impedía cualquier captación aromática.

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    2. Esas figuras que encalan los ingleses me recuerdan a las de Nazca http://ricylau2010peru.blogspot.com.es/2010/07/dia-16-las-lineas-de-nazca.html
      por cierto que cuabdo estuve en London, en los flat mini pisos para estudiantes, los wc quedaban en el pasillo siendo compartidos, y es que los ingleses no tocaban mucho el agua, y visto lo visto siguen igual. Tuvo suerte con la comida de las sra Young. Y esos viajes que hacian toda la familia ¿locura? que va, si a ustedes lo que les gusta es viajar y con mudanzas incluidas. Quedo a la espera de mas aventuras Don Bwana.

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    3. Bienvenida al Blog. Nosotros seguiremos cambiando de hogar y, a ser posible, de ciudad. Espere acontecimientos.

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  3. Me encanta cómo se lían la manta a la cabeza y desplazan el chiringuito sin aspavientos.
    Y no es por hacerle la pelota (boing boing), pero a mí me puede hacer un examen sorpresa cuando quiera, que estoy tomando apuntes desde que empezó el blog.

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    1. Ni preocuparse, usted tiene ganados muchos puntos en mis registros.

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  4. Lo del test ¿ Será una bromo no?.

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    1. Despreocúpese Don MAMUMA, me refería a mis descendientes. Los demás están exentos del examen, por supuesto.

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