martes, 20 de marzo de 2012

EL CLUB PUERTO AZUL


La zona comprendida etre la cordillera de la costa (estribaciones de los Andes) y el mar Caribe, entre el puerto de La Guaira y la población de Naiguatá al este y entre La Guaira y Catia la Mar al oeste,  ha sido, tradicionalmente, el lugar de esparcimiento de los caraqueños. Cuando se construyó la autopista Caracas/La Guaira, en tiempos de Pérez Jiménez, la zona tuvo un enorme desarrollo turístico que se prolongó durante  los años 50 y posteriores. Se construyeron grandes hoteles, lujosos clubs de esparcimiento e innumerables urbanizaciones.

Desde La Guaira hasta  Los Caracas, debido al estrecho terreno existente en algunos tramos entre el mar y la montaña, había que usar una carretera de doble vía que serpenteaba por toda la zona.


Complejos turísticos como Tanaguarena, Caraballeda o Playa Azul eran frecuentados por gente de muchos posibles que amarraban sus yates, importados de Miami, en los puertos construídos al efecto y participaban asiduamente en la pesca deportiva del marlin ( pez espada).

En 1954 se fundó el Club Puerto Azul, cerca de Naiguatá y al lado del Club Playa Azul, con unas instalaciones magníficas, más completas y extensas que las de otros clubs de la costa. Se dividió el capital en acciones que fueron compradas por gente de clase media.

Faro enseña de Puerto Azul
Por invitación de unos amigos y vecinos del Parque Residencial, hemos conocido el club Puerto Azul y nos ha gustado tanto que hemos comprado una acción.  Además de contar con dos playas, una interior, en la bahía que forma el puerto y otra a la que llaman "oceánica", porque recibe directamente las olas del mar Caribe, hay varias piscinas, canchas de bowling (boleras), apartoteles, restaurantes, cafeterías y toda clase de espacios para practicar deporte. Los socios con más capital han comprado pisos en los edificios que se construyeron para accionistas y  tienen yates amarrados al estupendo puerto deportivo. Los accionistas más modestos, nos conformamos con alquilar apartamentos en las residencias Santa María, la Pinta y la Niña, también propiedad de Puerto Azul.

Vista de las residencias Sta. María, la Niña y la Pinta desde el puerto deportivo.

Nunca he estado en un sitio tan maravilloso y, durante un tiempo, tuve la ilusión de quedarme a vivir en ese paraíso si me tocaba un buen premio en la lotería, cosa que no sucedió, como es notorio.



Siempre que teníamos oportunidad (pocas, por desgracia) nos íbamos a pasar unos días allí, alquilando un piso y disfrutando de los deliciosos parguitos fritos que despachaban, recién pescados, en unos chiringuitos a la orilla de la playa. También se colocaban los vendedores de cocos que, una vez abiertos  por un extremo, podía tomarse su delicioso jugo con una pajilla.



A continuación "macheteaban" el coco para que uno pudiera comerse la carne. Al tratarse de cocos ni demasiado verdes ni demasiado maduros, tienen una carne tierna .

Otros familiares también se han hecho miembros del club y nos reunimos cada vez que podemos.
Mi hija mayor con sus primos Santiago y Carlos

La pequeña, bien sujeta a las faldas de su mamá

Las intensas lluvias de diciembre 1999 ocasionaron un tremendo corrimiento de tierras en todo el litoral, ocasionando el desastre natural más grave del siglo XX en Venezuela. La cifra de muertos se estima en 50.000 y el impacto económico, incalculable. El agua, bajando por las cercana montañas, con desnivles de más del 30%, causaron el desastre.


Torrentes de agua bajaban por estas montañas

El Club Puerto Azul no escapó a la tragedia, como muestra la siguiente  imagen del club social y restaurante principal:


Me informan que las reparaciones del desastre están terminadas actualmente.

9 comentarios:

  1. Deduzco, Don Bwana, que por fechas parejas se crearon esos complejos de veraneo de Caracas y el de Benidorm en España, con muy parecidas construcciones y objetivos. Quizá me equivoque y no tengan nada que ver, pero el tipo de edificios de la foto me sugieren eso.

    La niña potolita que luce junto a unas faldas sigue apareciendo muy guapa y con cara de ser muy avispada ( no de avispa) y probablemente también de mucho caracter y muy suya.

    Imagino que las inundaciones de 1999 no le cogieron a Ud. allí.

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    1. Tiene razón, las edificaciones son parecidas. La mayor diferencia estriba en que, en Benidorm, los edificios están concentrados en un área relativamente pequeña, mientras que, en el litoral guaireño, se extienden a lo largo de cincuenta kilómetros. Otra diferencia importante es la proximidad de esa impresionante cadena montañosa al mar.
      La potolita se iba haciendo más guapa a medida que crecía.
      Imagina bien, en 1999 me encontraba, legalmente jubilado, en España.

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  2. En Agosto de 1980 estuve una semana en Caracas y en el 1981 dos semanas y en ambos viajes disfrute con los tios de mi mujer un domingo en puerto azul.
    Era un sitio precioso,y tu relato y el faro han activado mis recuerdos.
    Gracias Bwana

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    1. Celebro que conozcas las maravillas de Puerto Azul.
      De nada

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  3. Espectacular paraíso tropical.
    Me da la impresión de que en esa foto la pequeña está un poco contrariada porque no la habían peinado "a lo redondo".
    Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra.

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  4. Era tan maravilloso el sitio que ni siquiera molestaban las picaduras de los mosquitos en el autocine. ¡Ni notar!
    La pequeña se quejaba, en efecto, si no la peinaban "a lo redondo", lo que nunca entendí.
    Aunque mis notas en latín fueron mejorables, he entendido la sentencia.

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  5. Muy bonito el sitio, por cierto que hoy día no creo que les pusieran esos nombre. Santa Maria la pinta y la Niña. Un Benidorm a lo bestia y con mas pasta. Como se pondría usted con la pesca del marlin que envidia. Pues sí, el tiempo vuela y sobre todo a partir de una cierta edad mas veloz que nubes o naves.
    Saluditos.

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    1. Todavía no había descubierto la emoción de la pesca deportiva, pero años después me apasionaba.
      Ya lo creo que el tiempo vuela, los meses duran como una semana de antes.
      Saludos

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  6. It was a sanctuary in the new world.

    where the children of WW2 retreated with their families into adulthood. It was in a foreign land, but they had adapted to the customs of this new world years ago, and they had forged their own families, The country that had taken them was nestled by force between the Caribbean ocean and the Andes mountain range. It was then, mostly paradise. It was here where I was born, to those European immigrants

    The bottom of this valley, overcrowded, noisy and dangerous was our home during the week, but on Friday nights we would make the pilgrimage through the tunnels carved by men to other side of the majestic mountain range to the Caribbean coast. There sat the 100 acre sanctuary for the newly formed middle class, and deep in this “country club”’ purposely segregated from where the rest of the 1000’s of members socialized, where the nautilus of men with their fiberglass shells, protected from The infinite cerulean Atlantic with its merciless appetite. A chorus of masts that sang to each other with the sway of the wind and the gentle caresses of ropes and cables against the hollow aluminum masts. This was home. Here they were connected to their birth countries by the sea. And of these men, there was a select few, the dreamers, the ones who were called on by the mestizo nymphs to take these vessels out to sea. To the proverbial capital of their new world. Los roques, A place of Turquoise clear water Deserted Powdered white islands, for them to reconquer. iridescent fish raced through its shores while the gentle sound of the rolling waves would take these men back to feeling of being at home.

    The bays of this small deserted island would on certain days turn into an anchorage of Floating continent of the old world, the immigrants and the children of those immigrants, the songs from their parents countries long forgotten where song at night; Spaniards, Italians Germans, French, Jews all different, but more similar to each other than they were back in the lands where they were taken from. anchored on these shallow bay of paradise , Connected to each other by simply being from somewhere else, and by the stillness of these islands that now temporarily belonged to them.

    Anonymous

    Mis padres llegaron a Venezuela de España con 13 y 16 años. Yo nací en este bello país en 1973. Desde que nací hasta mudarnos a estados unidos en 1980, no hubo fin de semana que mi papa no nos llevase a Puerto Azul. Casi Todos los veranosy navidades volvíamos a Venezuela y los pasábamos en puerto azul y los roques hasta que cumplí 18 años

    No soy español
    Ni, Venezolano, tampoco de Estado Unidos. Yo soy de ese club , de las memorias de esos años y de un velero francés y la isla más bella que conocido- Sarqui

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