lunes, 21 de mayo de 2012

LA VIDA SIGUE

La vida en Moraira transcurre con tranquilidad. Tenemos unos vecinos ingleses, aunque él es oriundo de Polonia, que viven permanentemente en un chalet contiguo al nuestro.  Los demás vecinos, alicantinos, sólo vienen los fines de semana pues tienen su domicilio en la cercana Benissa. Hasta cierto punto a mi me satisface la soledad, mientras que Maite prefiere tener gente con quien conversar (a mi ya me lleva oyendo 40 años) Como tiene un piso heredado en Bilbao, sugiere que lo vendamos y compremos algo en Benissa, a sólo 11 km de Moraira. Puesto que  nuestro nieto Pablo está a punto de terminar los dos años en el colegio de Moraira y no hay posibilidad de continuar los estudios aquí, parece que la idea de irnos a Benissa donde, además, trabaja su madre, se hace atractiva. Tampoco parece mala idea deshacerse de una propiedad en territorio sioux.

Benissa está muy bien comunicada con Alicante y Valencia, pues la carretera N-332 la cruza longitudinalmente y tiene al lado una conexión a la autopista AP-7. Me traslado a Bilbao en cuanto aparece un comprador y cerramos la operación sin demasiados problemas, comprando un magnífico piso en la plaza-parque de Benissa.

Vista de Benissa. Nuestro piso está en el edificio marcado con una X

En abril de 1994 hacemos la mudanza desde Moraira pensando en dejar el chalet para vacaciones y fines de semana,como hacen nuestros vecinos los Polo y mucha gente local, que tienen casa en pueblos importantes y una "casita" en la playa.

En Benissa todo está a mano y es facil encontrar  actividades culturales, de lo que presume, con razón, la gente del pueblo. Maite se apunta a la biblioteca pública, que está frente al piso y donde dispone de  las últimas ediciones de obras de actualidad sin tener que pagar un céntimo. A Pablo, después de inscribirlo en el colegio "12 de octubre", lo apuntamos también  en la escuela de música, esperando que pueda lograr lo que yo jamás conseguí: dominar el único lenguaje universal que existe. También se apunta a una escuela de tenis, por lo que tiene el tiempo bien empleado.

Por mi parte no he llegado a disfrutar del todo del ambiente local por la manía de meter ruido con cualquier excusa. Hay continuas fiestas con abundancia de pólvora que, muchas veces, me hace recordar episodios de la guerra civil, con la consecuente pesadilla. Los nativos encuentran un deleite patológico en la contemplación de hogueras, explosiones y, sobre todo, con el olor a pólvora. Los otorrinos deben de tener un gran negocio en esta comunidad.

Por otro lado, la situación de nuestro piso hace sumamente cómoda la compra y el viaje a Alicante, por la cercanía de la autopista y la proximidad del colegio de Pablo. Además existe un Instituto donde podrá continuar sus estudios cuando termina la primaria y están construyendo una extensión de la Universidad de Alicante en que se abrirán nuevos cursos.
En el pueblo  se celebran muchas fiestas, entre éllas un desfile de personal de todas las edades, vestidos con los trajes típicos del lugar y de etiqueta. Pablo se ha integrado totalmente  y aquí lo vemos, en compañía de Esther, una belleza local, en diversos momentos del desfile:

En traje de gala

Con la vestimenta típica local
Aprovechando la circunstancia

Entramos en una época de rutina y disfrute de nuestra vida sedentaria. Se acabaron los ajetreos anteriores y ahora puede uno concentrarse en lo que sucede en el mundo.
Por aquí la ETA sigue haciendo de las suyas, asesinando personas que no les caen en gracia o que pasaban por allí, donde habían puesto una bomba.
En Venezuela, desde donde sigo recibiendo noticias, el presidente Rafael Caldera ha tenido a bien indultar al golpista Chavez que estaba pasando una temporada en chirona.
En los Balcanes están, como acostumbran, pegándose tiros unos a los otros a base de bien. Los africanos continúan con sus guerras para demostrar al mundo que saben hacerlo igual que los blancos.
Suecia, Austria y Finlandia se incorporan a la Unión Europea, dándole cierto cachet al conjunto.
Mientras tanto, el Papa Juan Pablo II sigue soltando encíclicas. Ya lleva una docena.
Para complicar más las cosas, aparece Windows 95:


Todo el mundo habla del invento y considero que ha llegado el momento de enterarme de cómo funciona esta vaina de los PC. Es un mundo desconocido para mi y no tengo ni idea de lo que se está cocinando, cosa que me tiene algo nervioso. Consigo que un experto en la materia venga a darme clases al piso de Benissa un par de veces a la semana. Pronto se queja de que no le dejo dar la lección apropiadamente porque lo bombardeo a preguntas en cuanto llega a casa.

"Don Bwana, tenía preparada una clase sobre Word y me cose Vd. a preguntas sobre el teclado"

Un par de meses después de clases "a mi aire", me notifica que va a tomarse un año sabático en el Tibet para meditar una temporada sobre su capacidad para la enseñanza. Me asegura que su experiencia conmigo no tiene nada que ver con esa decisión y que se trata de problemas domésticos. Menos mal, ya estaba yo preocupado temiendo ser el causante de la fuga.

6 comentarios:

  1. Natural. Vivir en Moraira y para los restos era agobiante, precisaba de nueva mudanza aunque fuera a dos kms de allí. Dicho y hecho. Probablemente después se enterará de que en Calpe dan unos mariscos muy lucidos y sería conveniente ir también a vivir allí para estar los domingos por la mañana los primeros en la lista de comensales.

    Probe profe de PC, aunque Usted lo hace ahora muuu bien.

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    1. Calpe tiene buenas playas y, efectivamente, hay buen marisco, pero la calle principal del pueblo es una cuesta demasiado empinada para mi gusto. Además tienen que venir a Benissa para entrar en la autopista, ya que no tienen acceso a la misma. No tienen más alternativa que largarse hasta Altea para entrar en la AP-7. Llevan años pidiendo que les solucionen el problema, pero sin éxito.
      Respecto a mis hbilidades con el PC, la opinión de mi nieto, que es un experto, es de que no tengo ni pajolera idea.

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  2. Bwana,como se le ocurre pensar que usted puede ser el culpable de su fuga al Tibet.

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    1. Pues no dejo de pensar que su intento de educarme tuvo mucho que ver.

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  3. Diga que no, Bwana, que es usted un usuario ideal. Sólo hay que contarle las cosas una vez porque las pilla al vuelo, y además es un autosuficiente de la informática. Si el profesor se fue al Tibet sería por otro alumno, o porque se deprimió con su sapiencia.

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    1. Favor que Vd. me hace, doña maharani; todavía no me aclaro con las letras extranjeras que tanto salen.

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