miércoles, 8 de febrero de 2012

THE CARIBBEAN PETROLEUM COMPANY

Antigua sede de The Caribbean Petroleum Co.

La publicación de nuestros rostros en "Panorama" ha traído como consecuencia que un funcionario de la Caribbean Petroleum se presente en el Instituto de Contabilidad para citarnos en el departamento de personal de la empresa. Siciliano rechaza la invitación porque ya tiene un curro en la joyería, pero yo no desaprovecho la oportunidad y me presento a la entrevista. A pesar de mis pobres conocimientos de inglés, me contratan como empleado fijo y el 8 de enero de 1944 inicio mi carrera en la compañía, con el beneplácito de mis padres que conocen la importancia de la empresa. Renuncio, no sin cierta satisfacción, a mi empleo en el hospital y me presento en las oficinas de contabilidad. El edificio está a unos 15 minutos de casa y  recorro el camino a pie, trajeado con la vestimenta normal en la empresa: camisa blanca y corbata.

(Años después  la película "El apartamento" me recordó el local donde inicié mi carrera).

Me asignan a la sección de Clientes, al lado de mi supervisor, el Sr. Sánchez. un hombre de unos 40 años, rechoncho y con la gracia natural de los maracaiberos. Congeniamos enseguida, sobre todo cuando le pillo lanzando clips con un lápiz a otros empleados del departamento. Es un verdadero artista con el jueguito y siempre acierta su objetivo, que suele ser la mano de un compañero.
La oficina es inmensa y sólo tiene tres despachos independientes, al final. En uno se encuentra Mr. Nelson, jefe del departamento y los otros dos los ocupan su secretaria y un ayudante. Todos los demás, unos 100, no contamos con más separación que algunas mamparas de 1 m 50 que distinguen la secciones; incluso los jefes de sección, la mayoría de nacionalidad holandesa o inglesa, están "al aire".

Entre los empleados locales se conoce a los extranjeros como "musiús", una deformación del "monsieur" francés. Musiú se utiliza, en general, en toda Venezuela para señalar a gente anglosajona. Los franceses, españoles o italianos no llegan a esa categoría y se llaman, simplemente, por su lugar de origen. A veces se agrega algún calificativo para aumentar el significado, por ejemplo: "Italiano del carajo", "portugués de m.", etc. Hay otra categoría, todavía inferior, la de "turco", que se aplica a cualquier originario del norte de África o cercano oriente, sea árabe, judío o marroquí o incluso auténtico turco.

Ya me he referido anteriormente a la importancia del petróleo para Venezuela. Veamos quiénes son los amos del cotarro en 1944:



La Caribbean es el barco insignia del Grupo Shell, británico-holandés, que divide su participación en Veneauela en otras seis compañías, cada una dedicada a una actividad diferente: exploración, producción, refinación, ventas y transporte. Posteriormente agrupó todas ellas bajo el nombre de Compañia Shell de Venezuela.

La Creole representa a la norteamericana Esso.
Ambas empresas se reparten el 90% del negocio.
También están la Mene Grande, la Socony y el resto de las llamadas "seven sisters".

Además de enseñarme el lanzamiento de clips, Sánchez me explica cuál será mi trabajo. Tengo que anotar en un libraco los suministros que se entregan en los puertos del lago a los buques tanques. Cada hoja lleva el nombre del buque-tanque (o tanquero, como dicen aqui) y varias columnas donde se apunta el producto suministrado: fuel, víveres para la tripulación, grasas, etc.

Poco tiempo después se produce un cambio  en la jefatura de mi sección y aparece otro holandés. Éste tiene peor pinta que el anterior y Sánchez recorta el lanzamiento de clips por el momento. Yo resuelvo abstenerme.

Unos días más tarde, el nuevo jefe se ha enterado de los trabajos que hacemos y anuncia que el control de gastos de los tanqueros no hace falta, pues existe otro procedimiento que obtiene iguales datos. Considera que se está duplicando, inutilmente, un trabajo y gestiona mi despacho a otra sección.
He sido trasladado a Nóminas.

Mi nuevo jefe es Mr. van Beverhoudt y me asigna el control del fondo de pensiones del personal expatriado (holandeses y británicos que trabajan aquí pero reciben su sueldo en USD). En aquellos lejanos tiempos, sin ordenadores ni nada parecido, había que utilizar el ingenio para, simplemente, apuntar un asiento simultáneamente en dos libros diferentes. En mi caso, se utilizaba una curiosa máquina de escribir, la "RUF", que permitía escribir de esa manera, es decir, en la hoja correspondiente al empleado y en la cuenta mayor.


En la CSV se trabaja los sábados hasta las dos de la tarde, mientras que, el resto de la semana, el horario es de 8 de la mañana a 1 de la tarde. Un grupo de empleados locales tiene la costumbre de pedir, todos los sábados a la una, varios emparedados al club que tiene la empresa a dos manzanas de distancia. La cosa se realiza con cierto misterio porque no se pemite comer en horas de oficina. Un "office boy" (botones) es el encargado de traer las viandas que se reparten y comen en el cuarto de baño, . Me apunto al dispendio porque también noto el "gusanillo" a esa hora, a pesar de cierto "yuyu" por el tipo de comedor.

Los sábados, a la salida del trabajo, se celebran combates de boxeo entre el personal. En el club ya mencionado, se ha preparado un ring con todas las de la ley, donde los contrincantes arreglarán sus diferencias. Suelen ser compañeros de trabajo que han tenido algún altercado durante la semana y que han pronunciado el correspondiente reto: "Te espero el sábado en el club".

Como estoy al tanto de estas actividades, he comprado el libro de "Tensión Dinámica", del conocido Charles Altas para mejorar la musculatura.



Además tomo unas clases de "jiujitsu" y levantamiento de pesas en un gimnasio cerca de casa. Estoy dispuesto  a dejar de ser un "alfeñique" y aceptar cualquier reto del enemigo.

Un domingo estoy presenciando un partido de fútbol que se celebra, en plan de entrenamiento, entre los "Diablos rojos" y el CD Cabimas. Uno de  los jugadores me conoce y habla con el "mister" de los "Diablos Rojos". Al saber que soy español, el "mister" presupone que juego al fútbol y me dice que entre en el juego.  Me facilitan unas botas y un uniforme y salto al campo con gran ilusión. Me han puesto de interior derecha y me marca  un tipejo muy fornido y con pinta de zambo. No lleva botas, pero pega unas patadas con las uñas que me hace dar de bruces en tres ocasiones. No hay manera de que el árbitro señale falta, por lo que me retiro del partido con la excusa de que estoy lesionado. No vuelvo a aparecer por la zona ni cuento nada en casa, pues mi padre me ha advertido que no participe  en deportes violentos en ese clima tan caluroso. Ya he cumplido 18 años, pero la patria potestad persiste hasta los 21.

8 comentarios:

  1. Es curioso que ese libraco de CHARLES ATLAS para ponerse como un Joe Louis también nos ofrecian a la chavalería en España. Debió de hacer un negocio del carajo el autor.

    Bueno ya está Ud. hecho un señorito de corbata en una cía. de petroleo. Yo tenía dos primos que habían emigrado como Uds. en el 37 y que trabajaban luego en la CREOLE. No los he vuelto a ver desde hace 30 años. No sé ni si han muerto. Sí conocí a un escritor vasco nacionalista, Martín Ugalde, que también trabajó en la CREOLE.

    Sigo a la espera de sus aconteceres como las marujas las telenovelas venezolanas, y espero que termine con su regreso a España en plan indiano rico.

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  2. Desconocía lo del lanzamiento de clip, a pesar de los muchos años que trabajé en una pradera semejante a la de la foto. Se ruega más información sobre la técnica.

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  3. D. Javier:
    Charles Atlas y su "tensión dinámica" fueron un éxito en aquellos años. Creo que todavía se vende.
    Entre la Shell y la Creole había gran competencia, pero los empleados nos llevábamos muy bien y solíamos reunirnos en los respectivos clubs.
    Pronto "atacaré" en asunto "culebrones".

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  4. Dª maharani:
    No me extraña que desconozca Vd. ese deporte. No logro encontrar referencia alguna en Internet. Le adelanto que el procedimiento es muy sencillo:
    Se coje un clip con una mano y en la otra se coloca el lápiz. Se engancha el clip a ls punta del lápiz, se hace palanca y se dispara hacia el objetivo. Trataré de hacer una foto que lo describa mejor.

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  5. BWANA, gracias por recoirdarme a Charles Atlas, lo habia olvidado por completo de él.

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  6. D. MAMUMA:
    De nada y me alegro de que conozca al personaje.

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  7. Veo que conoce el paño bien, una oficina sin guerras de clips, no es una oficina como dios manda, jajaj. Mire que fue usted especial con el arte marcial que escogió. Yo le dí al Karate do shotokan, en mi blog tiene un enlace por si quiere reverdecer viejas mañas. Y es que a los de oficinas siempre nos viene bien darle un poco al gimnasio.
    Saluditos.

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  8. D. Zorrete Robert:
    Me satisface saber que la guerra de clips era conocida por estos andurriales.
    Para ponerse en forma, en mi época y en aquel país, aún no habían salido al aire ni el karate ni el judo; había que dedicarse a otras niponadas menos artísticas.
    Pasaré por el enlace.
    Saludos

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