miércoles, 18 de enero de 2012

AU VOIR, MARIGNANE, JE T´AIME

He pasado un verano sensacional, disfrutando de una libertad absoluta. Entre los paseos en bicicleta, el baño en la playa y los escarceos románticos, soy feliz. Me llama la atención el espectacular cultivo de espárragos que hay, cerca de la playa. No sabía que se mantienen cubiertos de arena, en bancales y que se recogen y vuelven a reproducirse.



A unos 50 metros de la playa, hay una plataforma desde donde los chavales nos tiramos al agua. Nadamos hasta allí, descansamos un rato sobre la plataforma y luego nos lanzamos al agua. En una ocasión observo que la mayoría se ha lanzado al agua y huyen, despavoridos, hacia la orilla. Pregunto qué pasa y uno de los seis que aún permanecemos en la plataforma, contesta "¡Meduse, meduse!". Efectivamente, la plataforma está rodeada por miles de medusas. No me atrevo a lanzarme al agua pero, noto con preocupación, que solo quedamos dos, así que me encomiendo a los espíritus y me tiro, nadando a la mayor velocidad que me permiten mis fuerzas. Logro llegar a la orilla sin ningún percance.

Cerca del pueblo pasan varios canales donde se suelen bañar los chicos, pese a las advertencias de sus padres ya que se ha ahogado más de uno.


Ya hablo francés y me han aceptado la pandilla de chicos que se dedican a hacer travesuras durante las vacaciones. Nos acercamos a uno de los canales y algunos se despojan de las ropas y se tiran al agua. La fuerte corriente los aleja del resto de nosotros, pero salen del agua a unos 50 metros. Me piden que me tire, pero estoy dudando. "Les espagnols sont fables" oigo que me dicen, por lo que no lo dudo más y me tiro al agua. Me dejo llevar por la corriente y salgo unos metros más allá sin dificultad. He ganado puntos con el grupo y mantenido el pabellón de España en su lugar.

A mediados de agosto mi padre se marcha a Venezuela. ¿Por qué no a México como hace todo el mundo? Pues nos explica que pedían un dinero, con el que no cuenta, mientras que en el consulado de Venezuela, no sólo no le han pedido nada, sino que han sido muy atentos. En cuanto encuentre trabajo nos mandará lo necesario para que nos reunamos con él.
Yo espero que no sea demasiado pronto porque estoy disfrutando como un enano de las maravillas de este lugar.

Tampoco me llevo mal con los mayores. Mi habilidad en el juego de bochas les ha encantado y me han inscrito en el campeonato local.



He conocido a una preciosidad que, si mal no recuerdo, se llama Giselle. ¿Qué más puede pedir un chaval de 13 años, sin compromiso y libre como el viento? Pues no dura mucho la felicidad: mi madre ha recibido noticias de mi padre, que nos ha enviado un dinerillo y los pasajes y salimos inmediatamente rumbo a Le Havre, para embarcar en el vapor Cuba destino Venezuela.

Del trayecto desde Marignane hasta Le Havre, al otro extremo de Francia y a orillas del Canal de la Mancha no tengo el menor recuerdo. No sé si fuimos por tren o en coche. La tristeza por el final de mis vacaciones provenzales debe haberme hecho olvidar esas minucias.

Y como debemos prepararnos para cruzar el Atlántico, voy a descansar un par de días antes de continuar, si vuecencias me lo permiten.

12 comentarios:

  1. Al menos esta fué una etapa de felcidad para ti, justamente merecida,después de los anteriores avatares.

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  2. Qué bonito recuerdos y qué nostalgia de aquellos meses de libertad y total despreocupación. Observo que las costumbres de los chicos gabachos de los pueblos no diferían mucho de las de los pueblos de España, al menos de los pueblos vascos. Playa, chapuzones en el puerto, búsqueda de teóricos peligrosos canales, etc.

    Que maja la Gisselle enseñándole la lengua de Jean Racine.

    Una gozada leer estas Memorias.

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  3. D. MAMUMA:
    Justo premio a tantos sofocones, cierto.

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  4. D. Javier:
    Efectivamente, los chavales tienen igual comportamiento en todas partes. Ahora han cambiado a peor, por lo que oigo y leo últimamente.
    La Gisselle era muy convincente en su empeño por educar a un inocente chaval como era yo.

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  5. Me va a disculpar no pasase por su casa el día de ayer, vinieron mis jefes franceses desde Burdeos y los cabrones se empeñaron en llevarnos a comer a un muy buen restaurante y obsequiarnos con algunas botellas de exquisito champagne francés por lo que me tuvieron entretenido sin poder cumplir con mis obligaciones (y placeres) diarios como tocarme los güebos en el trabajo y visitar blogs interesantes.

    Bucólico relato, encantadora historia de amor, por lo que veo se librarán de los nazis, y por cierto, en esa época serían destinos atractivos pero a día de hoy México o Venezuela, susto o muerte.

    Me imagino que en el viaje en barco habrá cosas interesantes, quedo a la espera...

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  6. D. isra:
    Queda Vd. disculpado. La irrupción de esos jerifaltes invitando a comer bien y con campagne, tiene que haber sido muy fastidiosa para sus buenas costumbres.
    El lunes reanudaré el relato, aunque el viaje resultó algo incómodo por falta de luces.

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  7. Por fin sábado, sabadete, para poder leer todas las entradas de un tironcete.
    Trepidante relato D. Bwana.

    ¿Le ponemos música? Probemos con Karina.

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  8. D. Carlos:
    Una canción muy adecuada.
    Saludos

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  9. Admirable la determinación de su padre para salvar a a la familia.

    Que visión mas clara del futuro.

    Lástima ese paraiso infanto-juvenil de Marignane que toca a su fin..

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  10. Dª Laati:
    En 1939 muchos, entre éllos Chamberlain, no creían que Hitler fuera una amenaza.
    Sí, una pena que se terminara la buena vida en Marignane. Pero vendrán otras etapas de gran disfrute en el futuro.

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