Ha llegado el momento de cerrar el Baúl. Su principal cometido, que era dar a conocer a mis descendientes los aspectos de mi vida que desconocían, se ha cumplido. A partir del siglo XXI conocen perfectamente lo sucedido y no necesitan que nadie les repita lo que ya saben.
Quiero agradecer a todos, familiares y blogueros que han llegado hasta aquí, por su paciencia y amabilidad para conmigo. De vez en cuando vuelvo a leer vuestros comentarios para levantar el ánimo.
Quiero agradecer a todos, familiares y blogueros que han llegado hasta aquí, por su paciencia y amabilidad para conmigo. De vez en cuando vuelvo a leer vuestros comentarios para levantar el ánimo.
En segundo lugar, un recuerdo para los muchos familiares y amigos mencionados que ya no están con nosotros.
No debe faltar mucho para que me reuna con éllos. A estas alturas ya he pensado en las posibles alternativas para lo que viene. He analizado diversas posibilidades para hacer menos desagradable ese momento:
No debe faltar mucho para que me reuna con éllos. A estas alturas ya he pensado en las posibles alternativas para lo que viene. He analizado diversas posibilidades para hacer menos desagradable ese momento:
A) Hacerme musulmán e inmolarme mientras entrevisto a algún político/a.
Descartado porque no sé qué voy a hacer, a mi edad, rodeado de huríes.
Descartado porque no sé qué voy a hacer, a mi edad, rodeado de huríes.
B) Irme al Tibet para explorar las posibilidades de la meditación profunda.
Esta alternativa tampoco vale por el indispensable vuelo en avión, inconveniente para mi salud.
C) Olvidarme del asunto y procurar mantenerme en buena forma, aunque solo sea para disfrutar de las preciosas flores que adornan la primavera y las bellas jovencitas que alegran el panorama. De paso, darle un disgusto a la Seguridad Social.
En mi relato he procurado evitar la mención a enfermedades, disgustos y otras calamidades, que las he sufrido como cualquier hijo de vecino. Lo que no puedo evitar es referirme a la muerte de mi amada Maite, mi compañera durante 55 años. Ocurrió en abril del 2008 después de lo que llaman "una larga enfermedad" por no mencionar la terrible palabra.
Mi incursión en la "blogosfera" fue una gran ayuda para aliviar mis sentimientos y sobrevivir a la tragedia, pero lo mejor para mi desconsuelo ha sido el cuidado de mis tres hijas y sus permanentes atenciones.
Habréis comprobado que no exageraba cuando titulé "Un tío con suerte" mi primera entrada en este Blog el pasado 2 de enero. He vivido intensamente y pienso seguir haciéndolo mientras el cuerpo aguante y la suerte continúe siéndome fiel.
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Actualmente resido en Madríz a petición de mis hijas y no he vuelto a Moraira ni a Benissa, por lo que dispongo de dos inmuebles en la Costa Blanca, vacíos y a la venta, mientras vivo en un piso alquilado en un oasis dentro de la capital, en compañía de mi nieto Pablo. Por cierto, no ha tenido problema para encontrar un buen trabajo en Madrid; su pase por los USA ha resultado tan eficaz como suponía.
Dedico buena parte de mi tiempo a las actividades propias de un "amo de casa", incluyendo ir a la compra, cocinar, meter la ropa en la lavadora y los platos en el lavavajillas, etc. etc. El comprar y hacer la comida no ha sido nuevo para mi, pues siempre me gustó el tema culinario (herencia de mis ancestros vascongados, supongo), Lo más complicado, al principio de mi viudedad, fue la cosa de hacerse la cama, debido a mi nula práctica en el asunto y al desconocimiento de que hay una diferencia entre sábanas, las de arriba y las bajeras, pero ya soy un experto. Una mujer viene a limpiar la casa y otra a planchar, actividades ésas demasiado complicadas para un varón. El resto del tiempo lo dedico a leer los Blogs amigos y a escribir en el mío. De vez en cuando hago algún viaje por España, como el reciente a Sevilla y el próximo que tengo planeado a San Sebastián.
Dedico buena parte de mi tiempo a las actividades propias de un "amo de casa", incluyendo ir a la compra, cocinar, meter la ropa en la lavadora y los platos en el lavavajillas, etc. etc. El comprar y hacer la comida no ha sido nuevo para mi, pues siempre me gustó el tema culinario (herencia de mis ancestros vascongados, supongo), Lo más complicado, al principio de mi viudedad, fue la cosa de hacerse la cama, debido a mi nula práctica en el asunto y al desconocimiento de que hay una diferencia entre sábanas, las de arriba y las bajeras, pero ya soy un experto. Una mujer viene a limpiar la casa y otra a planchar, actividades ésas demasiado complicadas para un varón. El resto del tiempo lo dedico a leer los Blogs amigos y a escribir en el mío. De vez en cuando hago algún viaje por España, como el reciente a Sevilla y el próximo que tengo planeado a San Sebastián.
Un fuerte abrazo a todos