jueves, 8 de marzo de 2012

COMPLICACIONES

Después de una conferencia con mi suegro Luis, una persona estupenda y con la que congenio cantidad, hemos resuelto separarnos y que cada cual vaya a su casa. No sin cierta reticencia de la suegra, que tendrá que reducir sus mimos a la pequeña, hemos conseguido alquilar unos pisos, separados por cuatro manzanas, en la Avenida Victoria,(la misma zona donde Maite y yo tuvimos nuestro primer nido).

He logrado alquilar el ático de un edificio de 7 pisos y hacemos ambas mudanzas sin mayor complicación (¿qué es eso para nosotros?)

Mi interés por vivir en el último piso se debe a que conozco cómo se las gastan los caraqueños con sus fiestecitas y pretendo dormir lo mejor posible. No viene ningún ruido de arriba, por supuesto, pero mi hija me obsequia con unos conciertos de lloro en Fa sostenido mayor que no hay forma de dormir un par de horas seguidas. Sospecho que la niña estaba acostumbrada a que mi suegra la meciera en sus brazos y la echa en falta

Conducir el coche por las mañanas hacia la oficina, se hace complicado tras una noche en blanco. Lo peor es no poder recuperarse durante el fin de semana, pues hay una panda de sinvergüenzas que, en lugar de dedicarse a pintar fachadas en silencio, como hoy en día, se dedican al toque de guitarra y cante de boleros los sábados por la noche, a la puerta del edificio. Curiosamente, el ruido parece incrementarse al subir por la pared. Si al menos cantaran como Lucho Gatica, un sedante para la niña cuando lo escucha...






Gracias  a mis habilidades en el lanzamiento de patatas, he logrado ahuyentar  a los tíos del portal. Tenía preparadas unas botellas (vacías, por supuesto) por si fallaban las patatas, pero no ha hecho falta, afortunadamente porque devuelven el depósito en la tienda.

Me he apuntado al plan de préstamos hipotecarios de la empresa, con las aviesas intenciones de construirme una casa y dejar de pagar los desagradables alquileres. Esos préstamos se devuelven en 12 años, a un interés reducido y forman parte del plan de beneficios para el personal de la Shell, que también tiene un servicio médico.   Hay otro plan, el de Ahorros, al que no me apunto de momento, pero que es magnífico: se puede dedicar hasta un 10% del sueldo y la empresa contribuye con el 50%. Todo el dinero va a un Fondo que suele producir hasta un 8% de interés. Muy importante: no se trata de un asiento en los libros, el dinero está depositado en una cuenta bancaria y no se puede retirar hasta cesar en la empresa. Años más tarde, cuando mejoraron mis finanzas, tuve la oportunidad de apuntarme. No cabe duda que trabajar en la industria petrolera, durante aquellos años, era un privilegio.

He aumentado mis ingresos con la incorporación de otros dos clientes. Ahora llevo 6 contabilidades y, aunque algunos son malos pagadores, al menos me suministran alimentación y ropa.

Pero en 1956 se produce un hecho preocupante: se ha creado la Escuela de Administración y Contaduría en la Universidad y se pretende regularizar el ejercicio de la contabilidad limitando su ejercicio a los Contadores Públicos.  Algo similar a los CPA de los Estados Unidos. El asunto ha creado pánico entre los que se dedican a llevar contabilidades, ya sea como fuente de ingresos básicos o complementarios, como en mi caso.

Un grupo de empleados de Shell nos apuntamos a la primera convocatoria, en la que se permitirá el acceso a mayores de 25 años que aprueben un examen de admisón, aunque no hayan terminado el bachillerato. Las clases se impartirán de 6 a 10 de la noche en la Facultad de Económicas de la Universidad Central de Venezuela.

Edificio principal d la UCV donde estaba la Facultad de Economía

He logrado aprobar el examen y me dispongo a enfrentarme a este nuevo reto. No he tenido más remedio que abandonar las contabilidades peor pagadas, quedándome con La Porcelana Inglesa y el Restaurante El Jardín, de las que me ocuparé los fines de semana. Habrá que abandonar las clases de "tapeo" que disfrutaba con Luis, mi suegro, en las tascas españolas que se han instalado en la Plaza Candelaria. Una lástima dejar aquellas cervezas heladas, los boquerones, gambas y demás delicias, pero habrá que sacrificarse. Ha llegado la hora de la verdad.

12 comentarios:

  1. Yo descubrí un remedio infalible con las orquestas que montaba mi vástago de meses : poner la lavadora en centrifugado y al niño tenerlo cerca durante un rato. Se quedaba frito en segundos.

    Esa canción de RELOJ me trae muy bonitos recuerdos de mi juventud. Especialmente con una vitoriana que se llamaba Mari Vi y en fistas de la Blanca.

    No deja de sorprederme su espítitu de lucha : que ahora exigen un título universitario para ejercer lo que casi nadie sabe más que yo? Pues sacamos el título.

    Con el suegro siendo bilbaino era inevitable practicar el tapeo, y si hubiera tenido suegro guipuzcoano lo habría llevado de "chiquiteo".

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    1. Me ha asustado Vd. con lo de la lavadora, creí que metía al chaval dentro.
      Celebro que El Reloj le haya traído esas evocaciones juveniles. El Gatica ése estaba de moda en mi mejor época.
      Tanto a mi suegro como a mi lo que nos gustaba era la cerveza, especialmente cuando apretaba el calor. Don Luis se ventilaba el vaso de un solo trago, diciendo: "¡Vaya reseco que tenía!".

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  2. No caeré en la adulación gratuita, pero mucha gente, ante el menor contratiempo se queda paralizada, Vd., sin embargo, reaccionaba rápido y, según parece, de forma acertada, eso sí, si me lo permite, esa actitud le iba preparando para que en un futuro, en la era de los blogs, tuviese la inteligencia necesaria para escoger sus blogs de cabecera, y sí, lo digo por el de Tella, jajajajaja.

    Sigue sorprendiéndome Vd. con la cantidad de "movimiento" que ha habido en su vida, creo que la única mudanza que he hecho en mi vida fue cuando me echaron de casa mis padres a los dos meses de casarme... consideraban excesivo prepararme el desayuno y hacerme la cama y sólo utilizar el "matrimonio" los fines de semana.

    Desconozco los productos bancarios que ofertan ahora los ladrones de los bancos, pero ese Plan de Ahorro me resulta atractivo, si me puede indicar alguno donde no metan mano los sociatas...

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    1. No se meta Vd. con el blog de don Tella. A mi me gustan mucho esas fotos preciosas de San Sebastián y las pinturas que reproduce, no sea malo.
      Muchas veces me he preguntado cómo sería la vida habitando en el mismo lugar para siempre. Supongo que debe ser estupendo para no averiar los muebles, pero ¿no se cansa uno de ver al mismo cartero todos los días?
      Lamentablemente soy incapaz de recomendar, en estos momentos, algún tipo de inversión donde no se pierda hasta la camisa. Lejos están aquellos tiempos heroicos cuando se ccnseguían intereses del 14% que, además, pagaban religiosamente a su vencimiento. Estamos en la situación que, en economía, se denomina "el ahorro negativo". Algunos, entre los que me cuento, todavía lo tenemos peor, en pleno "desahorro".

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  3. Al contrario Bwana, en un ataque de falsa modestia he referido dicho blog como uno de los grandes, quizás debería alardear más abiertamente de mis cualidades, muchas, cuasi inabarcables, prometo que no volveré a pecar de falsa modestia.

    ¡¡¡Ahorro negativo!!!... vamos, la cuadratura del círculo a la inversa.

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    1. Despreocúpese amigo isra, todos conocemos sus cualidades y nos sentimos honrados de contar cn su atención. Don Javier atribuye su inteligencia de Vd. a la ingestión del agua maravillosa de Complutum, pero yo creo que es una consecuencia lógica de su fidelidad al entorno que lo vio nacer.

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    2. Don Bwana, tenga Ud. la seguridad de que después de Don Miguel no ha habido genio enredador más brillante en Europa hasta que nació el ISRA.

      Es un prodigio de ingenios e invenciones que subyugan hasta a los Einstein nacionales. Y gracias por defenderme aunque el Isra nunca me ha atacado en ninguna parte.

      Com amigos blogueros así puede uno considerarse afortunado total aunque las primas no le hagan a uno caso alguno.

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    3. Ciertamente, las primas podrían ser algo más generosas con sus admiradores.

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  4. Jopé, Bwana. A no ser que las patatas venezolanas sean tamaño guinda, un patatazo desde el ático debía ser cosa fina.
    Y respecto a lo de ponerse a estudiar... el reto al que se enfrenta, con trabajo, casado y con criatura, tiene un mérito enorme.

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    1. Las patatas eran de diversos calibres. Con una de 80 mm acerté en pleno clavijero.
      En verdad fue complicado ponerse a estudiar después de tantos años sin hacerlo. Menos mal que, entre el ajedrez y la lectura de Bruno Traven, las neuronas se hallaban preparadas para cualquier emergencia.

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  5. Mi ilustre tocayo... Despues de leer estas estupendas memorias no tengo nada mas que agradecerte inmensamente por el esfuerzo. Has aclarado lagunas importantes en mi mitologia familiar!!

    Ahora espero con ansiedad las nuevas entregas

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    1. Querido sobrino: No sabes la satisfacción que me prodce el haber logrado uno de los objetivos principales de esta narración. Siempre eche de menos el conocimiento de la historia familiar y pretendo que a nuestros descendientes no les suceda lo mismo.
      Por cierto, esa fotografía no te hace honor.

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